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RAƍCES FUERTES, FRUTOS DULCES

Updated: Mar 26, 2022


HabĆ­an sido 7 aƱos viajando, explorando y expandiendo mis barreras mentales y laborales. Me habĆ­a movido tanto que me quedĆ© en dos ocasiones sin pĆ”ginas libres en el pasaporte. Todo esto me ayudaba a sentir que mis ramas iban creciendo y dando frutos con alcance global, algo que mis padres han fomentado desde que era pequeƱo. Ese deseo de crecer me hacia enfocar mi atenciĆ³n hacia afuera en lugar de hacia adentro, es decir, en lo que era visible al resto mĆ”s que en lo que sentĆ­a verdadero para mĆ­. Sin embargo, hubo varios momentos de dificultad e incoherencia que me hicieron darme cuenta que mis raĆ­ces estaban dĆ©biles.


Por ejemplo, me preocupaba por comprender y generar impacto en poblaciones vulnerables, pero no tenĆ­a suficiente paciencia con mis padres para explicarles mi camino con cariƱo. Me consideraba un defensor de la inclusiĆ³n y respeto por las diferencias, pero era el primero en juzgar a mis amigos de toda la vida por sus predecibles carreras y vidas.


LleguĆ© a la conclusiĆ³n de que sin unas raĆ­ces fuertes, mis ramas se debilitaban y los frutos peligrarĆ­an. Por eso decidĆ­ hacer una pausa y mirar hacia esas raĆ­ces, el centro de mi ser. Este Ćŗltimo capĆ­tulo de mi vida ha sido de profunda exploraciĆ³n interior y estiramiento personal. PermĆ­tidme compartir con vosotrxs mis ideas principales.


En estos 3 aƱos he tenido tiempo de redescubrir y comprender a los que mƔs quiero, especialmente a mis padres. A pesar de que ambos compartƭamos el principio de que la familia es lo primero, me di cuenta de que yo no les estaba priorizando en mis decisiones vitalesa. Y no solo eso, sino que ademƔs no les permitƭa ser parte de mi viaje por miedo al juicio, contribuyendo a crear distancia emocional entre nosotros.


Volver a vivir con ellos bajo el mismo techo, hablar de nuestras percepciones del mundo, explicar mi viaje, exponer mi vulnerabilidad y compartir el silencio nos ha hecho sanar heridas y acercar nuestros mundos. Ahora somos mĆ”s conscientes de los factores que nos irritan y lidiamos con nuestras diferencias de una manera mĆ”s comprensiva y ligera. Esto ha sido parte de un proceso que ha llevado su tiempo y que ha pasado por innumerables altibajos. Sin embargo, ambos compartimos que estos aƱos nos han ayudado y que ahora estamos en un mejor lugar para seguir caminando juntos. Un aprendizaje claro para mĆ­ es que las relaciones no se ā€œarreglanā€ con varitas mĆ”gicas. Es a fuego lento que se producen los cambios reales.


Otra relaciĆ³n clave que se ha beneficiado de mi "desaceleraciĆ³n" ha sido la de mi pareja Cat. Nos conocimos cuando vivĆ­a en Tailandia, pocos meses antes de que me mudara de vuelta a EspaƱa. La libertad que hemos tenido de poder viajar y conocernos nos ha ayudado a avivar nuestra llama y ha sido una de las principales causas de nuestro crecimiento como pareja. De hecho, ella ha sido mi principal maestra en este camino. Su capacidad para reflejarme, ayudarme a tomar conciencia de mis inseguridades y hacerme mejores preguntas ha sido una brillante fuente de crecimiento. Tener la claridad de que mi objetivo era cuidarme y centrarme en mis raĆ­ces, definitivamente ha ayudado a que nuestra relaciĆ³n prospere.


Estos aƱos me han hecho reflexionar profundamente y sentarme con la cuestiĆ³n de cĆ³mo alinear mi ser y mi hacer de manera coherente. Me aterrorizaba la idea lanzarme a cualquier proyecto por la mera necesidad de generar ingresos y avanzar en mi carrera. De hecho, uno de los mayores miedos que he enfrentado ha sido el de decir abiertamente que ā€œno hago nada, no tengo trabajoā€. Me daba pavor que la gente solo viera eso de mĆ­ y me definiera como un parĆ”sito social. ĀæAcaso mi valor como persona se define por lo que hago y no por lo que soy? Enfrentarme a eso me ha hecho consciente de mis propios miedos y me ha ayudado a liberarme de la cadena que me impedĆ­a mirar profundamente a los ojos de alguien y concentrarme en su ser.


Esta libertad me ha regalado el espacio que necesitaba para dejar que mi curiosidad guĆ­ase mi camino, y darme el permiso de participar en programas de desarrollo personal, como el Acumen Fellowship, o hacer voluntariado en proyectos que me hacĆ­an brillar los ojos, como PAZ.ai., apoyando a refugiados con talento tecnolĆ³gico, o House of Ayni, un programa de liderazgo para personas que luchan contra el abuso sexual.


Este capƭtulo de cuidar mis raƭces me ha ayudado a ser mƔs consciente de los privilegios que tengo por ser un hombre blanco y haber nacido en una familia de clase media en EspaƱa. Reconozco que si me pasa algo, mis padres probablemente estƩn ahƭ para echarme una mano. Saber eso me ha permitido apartarme temporalmente de la imparable rueda del "hacer" y sumergirme en mi "ser".


De hecho, estos aƱos de priorizaciĆ³n de rĆ”ices me han ayudado a ver el papel vital que la generaciĆ³n de mis padres, los Baby Boomers, tienen en la historia. Su inagotable deseo de trabajar, progresar y brindar lo mejor a sus hijos, nos ha otorgado uno de los sistemas de bienestar mĆ”s completos que el mundo jamĆ”s haya conocido. Es fĆ”cil atacarlos en temas relacionados con la sostenibilidad, la inclusiĆ³n social o la aceptaciĆ³n de la diversidad, pero crecieron en un mundo totalmente diferente. Han hecho todo lo posible, tal y como lo hicieron sus padres con ellos. La soluciĆ³n difĆ­cilmente estarĆ” en arrinconarles o echarles la culpa, sino en que sigamos aprendiendo y creciendo juntos. Cuanto mĆ”s curiosxs y comprensivxs seamos con los valores, miedos y pĆ©rdidas potenciales de los demĆ”s, mejor podremos crear sistemas que sean resilientes y que funcionen para todxs.


Esta receta de entendimiento comĆŗn para la prosperidad mutua es aplicable a cualquier disciplina en la vida. La limitaciĆ³n para implementarlo tendemos a ser nosotrxs mismxs. ĀæQuĆ© tan en paz y arraigados nos sentimos? ĀæSomos capaces de navegar por las diferencias de una manera curiosa y solidaria? ĀæPodemos priorizar el amor sobre el ego?


Estos 3 aƱos me han enseƱado a ser consciente de cuĆ”ndo estoy en mi yo superior o centrado, y cuĆ”ndo no. Esto puede sonar una obviedad, pero lamentablemente era algo que antes no percibĆ­a de forma nĆ­tida. CĆ³mo volver de forma mĆ”s rĆ”pida a ese yo superior o centrado es en lo que ahora estoy tratando de mejorar. El tiempo en la naturaleza, las relaciones cariƱosas y genuinas, las conversaciones profundas, sentarme en silencio y vivir de forma sencilla son algunos de los nutrientes que mis raĆ­ces necesitan para ganar fuerza y alimentar las ramas que compartirĆ”n fruta dulce con el mundo.


El mejor lugar que he encontrado para conectar con mis raĆ­ces son pequeƱos pueblos rurales. En ellos se encuentra el corazĆ³n de la diversidad, la naturaleza y la humanidad. Cada pueblo es un mundo, con su propia cultura y ecosistemas Ćŗnicos. Viven en armonĆ­a con su entorno a un ritmo que se siente mĆ”s alineado con la vida. Es posible que lxs aldeanxs no tengan una larga experiencia empresarial, pero suelen tener claro lo que es importante para ellos en la vida. Es en estos pueblos donde he conocido a las personas mĆ”s alineadas con sus valores.


Esta fuerte necesidad de conectarme con mis raƭces y nutrirlas me ha hecho no solo pasar perƭodos de tiempo en estos pueblos, sino comenzar con mi socia Ana una iniciativa llamada Rooral, que facilita a trabajadores mudarse temporalmente a pequeƱos pueblos en naturaleza.


Asƭ es como conocƭ a Alex y Alfonso, una pareja madrileƱa que dedica su vida a la arquitectura y al impacto social. Tras 3 semanas en Rooral Artieda nos compartiƔn que la experiencia les ha ayudado a valorar de forma profunda la naturaleza y la comunidad, y les ha dado claridad sobre quƩ es importante ahora en sus vidas. Tanto es asƭ que que decidieron mudarse por unos meses a un pueblo en la montaƱa a las afueras de Madrid.


Otro caso es Nacho, un joven empresario sevillano que se dedica a vender jamones ibĆ©ricos. Ɖl formĆ² parte de otra de las experiencias Rooral, en la que se ofreciĆ³ como voluntario en el huerto de Permacultura del pueblo. Tras varias semanas trabajando la tierra y creando un estanque que aportara biodiversidad al huerto, nos compartiĆ³ que este tiempo le habĆ­a hecho recordar las veces que solĆ­a ayudar a su difunto abuelo en su huerto. Impulsado por esta reconexiĆ³n con la tierra, Nacho ha puesto en marcha un huerto urbano en la azotea de su apartamento en Sevilla.


Estos son algunos ejemplos de cĆ³mo el pueblo estĆ” ayudando a que las nuevas generaciones pongan atenciĆ³n sobre sus raĆ­ces y se replanteen su estilo de vida.


Durante generaciones se nos ha dicho que para ser alguien tenĆ­amos que dejar el pueblo y cultivar ramas. Esto ha promovido un fuerte desequilibrio tanto dentro de nosotrxs como fuera en el planeta. Es hora de cuestionar nuestra narrativa y empezar a cuidar de nuestras raĆ­ces. Es la Ćŗnica forma en que podemos ofrecer fruta dulce para aquellos que vendrĆ”n despuĆ©s de nosotros.


"Mientras estƔs preocupado por las manzanas podridas

Nosotros somos cautelosos con las raĆ­ces

Porque no hay arbol sano que dƩ frutos extraƱos de forma natural."


Desconocido


Un paseo multigeneracional por los Pirineros durante una de las experiencias Rooral

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